martes, 17 de noviembre de 2009

ARTE EGIPCIO

El arte nace en el Egipto Predinástico, hacia el 4.000 a.C., hasta el 3.200 a.C. Sus inicios son muy similares a la última pintura prehistórica del Levante y el Mediterráneo. Consiste en cerámicas pintadas con figuras primitivas de animales. El desarrollo de las creencias religiosas favoreció las representaciones plásticas. Creían en la inmortalidad del alma y del cuerpo, gracias a su clima extremadamente seco y al suelo arenoso, que momificaba los cadáveres sin apenas elaboración humana. Las tumbas estaban bajo las propias casas, acompañando la morada de los vivos, y los difuntos eran agasajados como miembros de la familia a los que se proveía regularmente de comida, vestido y armas. Se les acompañaba de ajuares con estatuillas, orfebrería, etc. Cuando el culto se sofisticó, se construyeron casas de difuntos, y esto determinó el gran avance de la pintura, puesto de sus interiores se adornaban con frescos y bajorrelieves. Estas primeras pinturas tienen similares características a las pinturas rupestres: siluetas planas que flotan en espacios no demarcados por encuadramientos o líneas de suelo.
Los egipcios amaban demasiado el mundo terrenal para creer que sus placeres tenían que acabar necesariamente con la muerte. Creían que al menos los ricos y poderosos podían disfrutar eternamente de los placeres de la vida, siempre y cuando la imagen del fallecido estuviese reproducida en las paredes de la tumba. Por lo tanto, gran parte de la pintura egipcia está dedicada a los muertos. Sin embargo, es posible que no creyesen en la necesidad de hacer grandes gastos para asegurar una buena vida después de la muerte y que escogiesen la pintura como una forma de ahorrar trabajo y costes. En lugar del caro arte de la escultura o de la piedra tallada, se empleaba la pintura, una forma de arte más barata. Bien es cierto que el estilo pictórico ceremonial y formal utilizado en las tumbas no era el único que se practicaba. Ahora sabemos que muchos egipcios vivos (y ricos) tenían murales en sus casas elaborados en estilos de textura muy variada. Por desgracia, sólo quedan pequeños fragmentos de estos murales.

 

Pintura funeraria egipcia antigua

Quizá una de las imágenes más impresionantes de las tumbas egipcias sea la de las «Ocas de Meidum» (izquierda), tres aves majestuosas que aparecen en la tumba de Nefermaat (hijo de Esnefru, primer faraón de la IV dinastía) y de su esposa Itet; data de más de dos mil años antes de Cristo. Estas ocas son sólo un detalle de una pintura mural de una tumba de la antigua ciudad de Meidum, pero ya sugieren la vitalidad y la fuerza de los triunfos escultóricos que llegarían en los años siguientes.

Otra pintura funeraria egipcia, de la tumba de Ramosés, muestra una procesión de Plañideras (derecha). Ramosés fue ministro de dos faraones de la XVIII dinastía, Amenofis III y Amenofis IV (Akenatón). Las mujeres de la pintura son planas y esquemáticas (observe los pies), pero sus gestos angustiados vibran de dolor.
Para los antiguos egipcios lo importante era la «esencia eterna» , lo que constituía su visión de la realidad constante y sin cambios. Por lo tanto, su arte no se preocupaba de las variaciones cambiantes de lo externo para un mayor encanto visual, e incluso sus agudas observaciones de la naturaleza (evidentemente, pintadas de memoria) estaban sujetas a unas formas estandarizadas que muchas veces se convertían en símbolos. No se debe a ningún tipo de «primitivismo» el hecho de que sus escenas parezcan decididamente irreales: su habilidad técnica y su evidente comprensión de las formas naturales deja esta cuestión bien clara; más bien es la consecuencia directa de la función esencialmente intelectual de su arte. Cada sujeto se mostraba desde el ángulo que lo hacía más fácilmente identificable y, según una escala basada en el rango, de mayor o menor tamaño según la jerarquía social. Esto daba lugar a imágenes esquemáticas y de muchas formas. Esta dominante preocupación por la claridad y la representación «rigurosa» se aplicaba a todo tipo de temas, y por eso, la cabeza humana siempre se muestra de perfil, aunque los ojos se dibujan de frente. Por esta razón no hay perspectiva en la pintura egipcia, todo aparece en dos dimensiones
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Estilo y composición

La mayoría de las pinturas murales egipcias -como la de este ejemplo, Cazando aves (izquierda), de la tumba de un noble en Tebas- se crearon con la técnica de fresco secco. Según este método, la pintura al temple se aplicaba sobre yeso que previamente se había dejado secar, a diferencia del buon fresco, en el que la pintura se aplica sobre yeso húmedo. Aunque la vida salvaje de las marismas de papiro y el gato de Nebamon aparecen muy detallados, la escena está idealizada. El noble, que está de pie en la barca, sujeta en la mano derecha tres pájaros que acaba de cazar y en la izquierda sostiene su palo. Le acompaña su esposa, vestida con un elaborado traje y un pebetero aromático sobre la cabeza y con un ramo de flores en las manos. Debajo de las piernas de Nebamon aparece en cuclillas la pequeña figura de su hija, que está cogiendo una flor de loto del agua (éste es un ejemplo de cómo se mostraban las figuras más grandes o más pequeñas según su estatus, como ya hemos explicado). Originalmente, esta pintura formaba parte de una obra mayor que también incluía una escena de pesca.

 

Normas egipcias de representación

Hacia el 3.200 a.C. se produjo un avance que estableció las características que han de mantenerse invariables hasta el fin del imperio: aparece al fin la línea de suelo, sólidamente trazada, sobre la cual se alinean las figuras. Éstas se someten a una rígida jerarquización de tamaños y se acompañan de símbolos de status o divinidad, es decir, se conjuga -poco hábilmente en estos momentos- realismo más pictografía. La representación de la figura humana se realizaba según la llamada "regla de proporción", un estricto sistema geométrico de cuadrículas que aseguraba la repetición exacta de la forma ideal egipcia a cualquier escala y en cualquier posición. Era un sistema infalible que regulaba las distancias exactas entre las partes del cuerpo, que se dividía en 18 unidades de igual tamaño situadas en relación a unos puntos fijos de la cuadrícula; incluso especificaba la anchura exacta de la zancada de las figuras que aparecían andando y la distancia entre los pies (ambos pies se reproducían por la cara interna) en las figuras que estaban de pie.

Antes de empezar a pintar una figura, el artista dibujaba en la superficie de trabajo una cuadrícula del tamaño adecuado y después colocaba la figura. Una tabla de dibujo de madera de la XVIII dinastía (arriba) muestra al faraón Tutmosis III dibujado dentro de la cuadrícula.

Los egipcios no sólo decoraban las tumbas, también pintaban las esculturas. Se cree que el busto de Nefertiti (izquierda), una preciosa escultura de piedra caliza pintada de la esposa del faraón Akenatón, era una prueba porque fue encontrada entre las ruinas del estudio de un escultor. Es tan espectacular como un rostro de Botticelli, con el mismo anhelo exquisito y conmovedor. Muestra una relajación de las rígidas convenciones que imperaron en el arte egipcio de la primera etapa (y de etapas posteriores), ya que Akenatón rompió con el estilo tradicional. Durante su reinado, la pintura, la talla y la escultura fueron muy elegantes y originales.

TUMBAS EGIPCIAS

En el Imperio Antiguo los altos dignatarios se hacían construir tumbas que se llamaban Mastabas. Mastabat, es una palabra árabe que vale para designar un banco de madera donde exponer la mercancía para su venta en el mercado. Estas tumbas en forma de pirámide truncada debían parecerse a los puestos de venta de los mercados, y los árabes las llamaron asi. Tenían varias salas, entre ellas, la cámara funeraria.

Una característica de las mastabas eran las estelas llamadas de "falsa puerta". Esto era la representación en bajorrelieve de una puerta muy alta y estrecha, con una especie de persianilla, también en piedra, arrollada en la parte superior del dintel. Estas "falsas puertas" tenían por finalidad que el alma del difunto pudiera salir del sepulcro por medio de fórmulas mágicas. Esta representaba la puerta por la cual volver al mundo de los vivos.

También en las mastabas se decoraban las paredes con ofrendas para el alma del difunto. En estos paneles de bajorrelieve se representan todas las cosas que se ofrecen al alma del fallecido. Los egiptólogos les llaman a esta relación de ofrendas "el menú", pues siempre consta de miles de panes, de cervezas, de ocas, de frutas, de rollos de lino, de aceites, etc.

Las mastabas mejor conservadas se encuentran en la necrópolis de Saqqarah, cerca de El Cairo.

Los hipogeos (Hipo = mucho, geo = tierra) son tumbas excavadas en la roca, o enterradas bajo tierra. Los egipcios se enterraron en hipogeos a partir del Imperio Medio. Pero el mayor auge de los hipogeos se dio en el Imperio Nuevo. Tanto los faraones, como la gente común se enterraban en agujeros excavados en la roca, o perforados en la tierra.

Los faraones se hicieron construir fastuosos hipogeos, de muchos metros de longitud y profundidad. Las paredes estaban bellamente decoradas con pinturas relativas a la vida en el Más Allá, y a la acogida que los dioses dispensaban al difunto. Casi todos estos hipogeos reales están en el Valle de los Reyes, en la orilla occidental del río.

LA MOMIFICACION

Los egipcios creían en la vida después de la muerte. Por ello conservaban el cuerpo del difunto mediante el proceso de momificación. Por su alto costo pocos eran los que podían acceder a ser momificados. Los faraones, su familia y los hombres más ricos, eran los únicos que podían pagarlo.

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El proceso de momificación se efectuaba dos o tres días después de la muerte y se terminaba en aproximadamente 70 días. Primero se embalsamaba al cuerpo. Después se sacaba el cerebro, el estómago, los intestinos, los pulmones y el hígado. Que eran envueltos en un paño de lino para ser cuidados por los dioses llamados “hijos de Horus”. Al corazón se le mantenía en el cuerpo porque en el estaban la conciencia, los sentimientos y la vida.

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Posteriormente el cuerpo era cubierto con natrón – sal que lo desecaba-, para que el cuerpo este totalmente deshidratado y así no se descomponga. El proceso duraba entre 35 y 40 días. Y se rellenaba utilizando limo o serrín. Después se le cosía. Se lo envolvía en vendas de lino. Primero los dedos, en seguida las extremidades y al final el resto del cuerpo. Finalmente el cuerpo era colocado en uno o varios sarcófagos de madera o de piedra.

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FARAONES

La historia de Egipto ha dejado a la humanidad innumerables aportes, muchos de ellos descubiertos por la arqueología, papiros, construcciones, entre otros. Estos elementos nos han mostrado la grandeza e influencia de los faraones, que eran las personalidades más importantes de la época.

Los faraones en Egipto han durado casi 3 mil años. Donde 30 dinastías tuvieron el poder en su época. Veamos algunos de los más importantes faraones egipcios:

Narmer (Menes): Primer faraón del antiguo Egipto que gobernó hacia el año 3050 a. C. Bajo su gobierno se unificó los territorios egipcios.

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Amenofis III: Fue un importante faraón que gobernó de c. 1390/1 a 1353/2 a. C. Su reinado es considerado como el más próspero de toda la historia de egipcia.

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Ramsés II: Gobernó 66 años, del 1279 al 1213 a. C. Es uno de los faraones más conocidos debido a las muestras arqueológicas que existen de su reinado.

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Tutankamon: Faraón que restableció el poder de los sacerdotes de Amón. Murió a los 18 años cuando tenía seis años de gobierno. Su tumba es la única encontrada intacta en el Valle de los reyes.

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Cleopatra VII: Heredó el trono a los 18 años junto con su hermano Ptolomeo XIII, de tan sólo doce años. Gobernó del año 51 al 30 a. C. Murió al hacerse morder por áspid, cuando Octavio Augusto decidió llevarla a Roma como botín de guerra.

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EL PAPIRO

La utilización del papiro como elemento sobre el que plasmar la escritura se encuentra ya documentado en torno al 3000 a. de C. Uno de los primeros documentos conservados data del 2500 a. de C., en el que se plasmó un resumen administrativo del reinado del faraón Neferirkare, perteneciente a la V Dinastía.

Egipto tenía unas especiales condiciones medio ambientales que permitieron que la planta del papiro creciese en sus tierras abundantemente. La planta del papiro suele darse en regiones templadas y subtropicales, en las zonas especialmente húmedas y pantanosas.

En la antigüedad, toda la orilla de El Nilo se encontraba cubierta de extensos cañaverales donde crecía salvaje el papiro. Pero era sobre todo la zona del Delta donde más se producía esta especie. Sólo, tras una terrible sequía a mediados del siglo XI d. de C. todos estos cañaverales de papiro desaparecieron, ya que muchas zonas pantanosas donde crecían se desecaron.

En el antiguo Egipto, estas zonas donde crecía la planta se denominaban “akhi”, mientras que el propio papiro era conocido como “wag”, palabra que también puede traducirse como verde o próspero.

La planta del papiro es de gran belleza. Su color puede variar entre un verde muy brillante y un color más amarillento. Hay que tener en cuenta que en Egipto, en la época faraónica, disponían de diferentes tipos de papiros. Desde el más salvaje, que se empleaba en las confecciones de tejidos, hasta una especia semicultivada, que era la empleada en la confección del soporte de la escritura. Su tallo es esbelto, pudiendo en ocasiones llegar a alcanzar hasta cerca de los 5 metros, e incluso, a veces, superar esta altura. Su parte alta se remata con una flor de grandes pétalos que acaban en diminutas espigas. Esta forma inspiró, por ejemplo, las columnas más características del arte egipcio antiguo. El tallo tiene una sección triangular y está cubierto por una corteza no muy rígida, que era eliminada en la confección de los rollos.

Para recoger el papiro, los egipcios se introducían en estas zonas pantanosas con pequeñas barcas. Cortaban el tallo por su parte inferior, y trasladaban los haces de tallos a tierra. Allí, se iniciaba su proceso de transformación, eliminando la flor y la fina corteza. Después, el tallo se cortaba en finas láminas que se colocaban horizontalmente unas junto a otras. Posteriormente, transversales a ellas, se colocaba otra capa de láminas de papiro. La planta tiene en su interior una sustancia pegajosa, de tal manera que para unir las distintas tiras de papiro no se utilizaba ninguna cola. Tan sólo habría que presionarlas hasta que quedasen perfectamente pegadas. Sobre la base de esta confección, se elaboraban los rollos. Ya sólo quedaba blanquearlos, con sustancias químicas, y pulirlos para eliminar cualquier aspereza.

¿Por qué se generaliza el uso del papiro como soporte de la escritura? El crecimiento del aparato de gobierno egipcio provocó un incremento de las actividades burocráticas. De la misma manera, era necesario plasmar de forma rápida y fácil los diferentes conocimientos adquiridos por los sabios, o los dogmas que componían que el cuantioso corpus religioso egipcio. Así, se generalizó el uso del papiro, más económico, manejable y de fácil distribución que otros soportes anteriormente empleados. Gracias a estos factores, el consumo de papiro fue aumentando paulatinamente a lo largo de los siglos, paralelamente a su falta de calidad: Los primeros papiros que se preparaban para escribir tenían unas características excelentes, sin embargo, con el paso del tiempo, su producción se descuidó y se empezaron a fabricar ejemplares de no muy buena calidad.

En base al papiro, Egipto estableció una floreciente industria que a lo largo de los años llegaría a exportar sus resultados a todas las orillas del Mediterráneo, especialmente a Grecia y a Roma. El papiro, una vez que llegaba a estos centros de consumo fuera de Egipto podía llegar a alcanzar un precio excesivo, como lo demuestran las últimas investigaciones. Según las mismas, en Atenas en el siglo V a. de C., un rollo de papiro de la mejor calidad podía llegar a alcanzar el exorbitante precio de un dracma. Pero también hay que tener en cuenta que su consumo se generalizó especialmente en aquellas cortes y gobiernos más avanzados, donde una poderosa burocracia debía satisfacer sus necesidades de este producto. Otro estudio revela cómo una oficina ministerial del reino tolemaico podía llegar a consumir más de 400 rollos de papiro en un mes.

El papiro se transformaba principalmente en la ciudad de Alejandría. No es difícil suponer, por lo tanto, que será durante la época de los Tolomeos cuando su producción se agilice de manera total hasta llegar a conformar una de las industrias más florecientes de la ciudad. Desde esta ciudad, con su importante puerto comercial, era exportado a diferentes puntos del Mediterráneo. Su relevancia llegó a ser tal, que la propia monarquía lágida decidió en un momento determinado monopolizar su producción y distribución.

El papiro ha sido uno de los elementos más importantes de la Historia antigua clásica. Este hecho queda contrastado en el enorme valor que ha obtenido recientemente como importante fuente histórico. No en vano, ha surgido con gran auge una ciencia extremadamente especializada, como es la papirología, que pretende desentrañar la historia escondida sobre el papiro.

EL LIBRO DE LOS MUERTOS

El Libro de los Muertos, del cual su nombre original es Peri Em Heru “Libro para salir al día”, data de la época de Imperio Nuevo pero sus raíces se encuentran en los“Textos de las Pirámides” del Reino Antiguo. Se trata de los sortilegios y ritos funerarios egipcios más antiguos que existen hasta el momento y tradicionalmente se considera a Dyedefhor, famoso sabio y adivino, como su autor.

En un principio estos  hechizos eran labrados en las tumbas de faraones y personas de clase alta, pero luego en la época del Imperio Medio fueron asequibles a todo aquél que pudiera pagar un rito fúnebre, para ello se los grababa dentro de los sarcófagos con el fin de que los muertos los pudieran leer.

Durante el período del Imperio Nuevo, los “Textos de los sarcófagos” se transformaron en el Libro de los Muertos.

Estas redacciones fueron creadas para ayudar a los difuntos en el paso hacia el otro lado y salir airosos del juicio de Osiris. El libro además contiene pasajes que auxilian a los muertos a reconocer los dioses que serían benefactores para su transición, para que puedan encontrar el rumbo en el camino de las 12 Regiones de la Duat(elinframundo de la mitología egipcia ) y poder llegar al fin al Aaru.

Para los egipcios en el corazón se centraba la vida por ello 4 hechizos en el libro se especializan en la protección de este órgano, el sortilegio 23 “Apertura de la Boca”pretende ayudar a recobrar los sentidos del difunto para su vida después de la muerte.

Libro de los muertos

Estos textos mortuorios han tenido 3 exámenes críticos a lo largo de los siglos:

- La primera fue la Recensión Heliopolitana donde sacerdotes de Heliópolis editaron los textos, fue empleada entre la V y la XII Dinastías. Es puramente solar ya que suscita la teología del dios Ra, fue hallada en sarcófagos, estelas, papiros y tumbas.

- La segunda corresponde a la Recensión de Tebas, los escritos fueron usados entre la XVIII y la XXII Dinastías, se la realizó en forma de jeroglíficos sobre papiros y se divide en 6 capítulos.

- Y por último la Recensión Saite donde se organizó el libro en capítulos ordenados, se la usó desde la XXVI Dinastía hasta el final de la época Tolemaica.

Pluma y Corazon

Papiro de Ani

En la actualidad se han descubierto 192 capítulos pertenecientes al Libro de los Muertos, de los cuales el más renombrado es el nº 125, el Papiro de Ani donde se redacta la “Fórmula para entrar en la sala de las dos Maat”, sitio donde el alma del muerto se presenta ante el tribunal de Osiris para que su corazón sea pesado.

Maat era la diosa que gobernaba las leyes físicas, el orden del universo y la verdad, ella disponía de una pluma de avestruz la cual disponía en uno de los platillos de la balanza donde se pesaba el corazón del difunto, si éste era más ligero que la pluma se le concedería la vida eterna en los campos de Aaru.

Es uno de los capítulos más extensos y complejos, destaca las “Confesiones negativas”que el muerto declaraba ante los dioses para justificar sus acciones en vida, detalle que marca fehacientemente la importancia que la moral tenía para el pueblo egipcio.


DIOSES EGIPCIOS

La religión egipcia es probablemente la religión más compleja. Existían muchos dioses y con distintas representaciones, incluso un mismo principio reliogioso podía verse encarnado en dioses diferentes. Egipto divinizó las fuerzas de la naturaleza y los elementos del universo. La religión en el Egipto primitivo era eminentemente local, existiendo un dios en cada aldea y un dios provincial o que reinaba en el nomo. Con el discurrir del tiempo y como consecuencias de diversas vicisitudes políticas se crearon los primeros sincretismos que dieron lugar a la existencia de dioses estatales. Existían distintos centros de culto, y en cada uno de ellos tenía capitalidad una divinidad. Los principales centros de culto fueron:

* Heliópolis, donde surgió la enéada heliopolitana y cuyo dios principal fué Re (Ra).
* Hermópolis, principal centro de culto de Tot.
* Menfis, cuya teología proclamaba al dios Ptah como crador del mundo.
* Tebas, lugar de adoración de Amón, dios de esta ciudad.

LAS TRIADAS FAMILIARES

La triada se estableció tomando como base la estructura familiar: padre, madre, hijo. Parece obedecer a la necesidad de agrupar dioses locales alrededor de un dios principal y acercar la religión al pueblo, a la gente sencilla, a quienes los sistemas teológicos eran excesivamente complejos. Parece ser que este sistema se inició en el Imperio Medio.

Las principales triadas fueron las siguientes:
TRIADA DIOSES QUE LA FORMAN triada.jpg (9362 bytes)
La Tríada osiríaca Osiris, Isis, Horus
La Tríada tebana Amón, Mut, Jonsu
La Tríada menfita Ptah, Sacmis, Nefertem
La Tríada de Edfu Horus, Hathor, Harsomtus
La Tríada de Elefantina Cnum, Satis, Anucis
La Tríada de Dandara Horus, Hathor, Ihy



DIOSES PRINCIPALES


AMON

Representación humana: cuerpo humano llevando en la cabeza una corona con dos plumas dividida cada una en siete partes.

Representación animal: carnero.

Su nombre significa "El Oculto". Aunque comenzó siendo una divinidad local de Tebas, fué declarado dios de Egipto en el Imperio Nuevo bajo el reinado de los faraones tebanos.

Fueron construidos varios templos en su honor, sin embargo el más grande fué el de Karnak, donde se encuentra la avenida de las esfinges con cabeza de carnero de cuernos retorcidos.

Acabó uniéndose al dios sol, recibiendo el nombre de Amon-Ra.


ANUBIS, el guardián de la tumba

Representación humana: cuerpo de hombre con cabeza de chacal.

Representación animal: chacal.

Era considerado el patrón de los embalsamadores y recibía entre otros, el título de "El divino embalsamador". Es el dios que acompaña al difunto ante el Tribunal.

Fué adorado principalmente en la ciudad de Cinépolis.


APIS, El buey sagrado

Representación humana: cuerpo humano y cabeza de toro.

Representación animal: buey.

Durante el período ptolemaico se le asoció con Osiris, creándose una nueva deidad denominada Serapis. En Saqqara fué descubierta por Auguste Mariette la necrópolis de los toros sagrados.


ATON, el disco solar.

Representación: disco solar del que surgen unos rayos que terminan en manos.

Fué considerado como el único dios por el faraón Akenatón (Ajenatón), que fué el verdadero impulsor de su adoración, ya que durante su reinado se le proclamó divinidad suprema.

Su centro de adoración por excelencia fué la ciudad de Aketatón (Ajetatón).


BASTIS

Representación humana: cuerpo de mujer con cabez de leona, y a partir del Tercer Período Intermedio se la representa como mujer con cabeza de gato.

Representación animal: gato.

Su principal lugar de culto se encontraba en Bubastis, ciudad del Delta.


CNUM

Representación humana: figura humana con cabeza de carnero.

Representación animal: carnero.

Es uno de los dioses más antiguo del panteón egipcio, ya se le adoraba en el Período Predinástico. Su centro de culto más importante es la isla de Elefantina, donde era considerado como el "Señor de la Primera Catarata", puesto que se le creía el causante de la crecida anual.


HAPI, dios del Nilo.

Representación humana: hombre barrigudo, con los pechos caidos, piel de color azul o verde y con barba. En la cabeza podía llevar un tocado con la planta de loto o del papiro como representación del Alto y del Bajo Egipto.

Simbolizaba el fenómeno de la inundación, ya que la subsistencia de los egipcios dependía de la crecida del Nilo.

No tuvo templo propio para su culto, pero se le adoró desde los primeros tiempos y aparece en las paredes de muchos templos dedicados a otros dioses. Se le llegó a dedicar un himno de gran belleza, el Himno a Hapi, en el Imperio Medio.


HATHOR, diosa de la alegría.

Representación humana: se la representa con cuernos, orejas de vaca y un disco solar.

Representación animal: vaca.

Existe un templo dedicado a esta diosa en Dandara.


HORUS

Representación: figura de un halcón portando las coronas del Alto y Bajo Egipto.

Se le identificaba con el rey. El rey es el representante de Horus en la tierra. Según la tradición era hijo de Osiris e Isis.

Fué especialmente venerado en Edfú donde en época ptolemaica fué levantado un templo en su honor.


ISIS

Representación: mujer con el jeroglífico de Isis (una especie de trono) sobre la cabeza. A partir del Imperio Nuevo es representada con unos cuernos de vaca y el disco solar.

Era esposa y hermana de Osiris y madre de Horus.

Su santuario principal era el templo de Filas (philae).


JONSU

Representación:

Era hijo de los dioses Amón y Mut. Este dios estaba relacionado con la luna. En los Textos de las Pirámides se le menciona como "aquel que atraviesa el cielo", en referencia a esta relación.

Fué especialmente venerado a partir del Imperio Nuevo. Ramsés III levantó un templo en su honor dentro del complejo templario de Karnak.


MAAT, personificación del orden cósmico.

Representación humana: mujer con una pluma de avestruz en la cabeza.

Fué considerada protectora de los jueces. Era diosa de la verdad y la justicia y encarnaba el orden cósmico, la armonía y el equilibrio sobre el que sustentaba el país. El faraón era su representante en la tierra.

En el rito funerario, Maat se situaba en el platillo derecho de la balanza (en el otro se colocaba el corazón del difunto); si había equilibrio (el fiel de la balanza se mantenía en el centro) el muerto quedaba exculpado.


MIN, dios de la fertilidad.

Representación humana: vestido ceñido, como una momia, una corona con dos grandes plumas, similar a la del dios Amón, y con el pene erecto como símbolo de la fertilidad.

Representaba la fuerza generadora de la naturaleza, la fertilidad. Se le consideraba el dios protector de las cosechas.


MONTU, el dios guerrero.

Representación humana: cuerpo de hombre y cabeza de halcón con dos ureos.

Representación animal: se le asociaba al halcón y al toro.

Representaba el valor del faraón en la batalla.


NEFTIS

Representación humana: cuerpo de mujer, portando sobre la cabeza el signo de la casa-tumba que indica su nombre: "la Dama de la Casa".

Según la tradición era hermana y esposa del dios Set, de quien se apartó cuando éste mató a Osiris, poniéndose del lado de Isis para localizar los restos esparcidos de Osiris.


NEIT

Representación humana: mujer con corona del Bajo Egipto (debido probablemente a su procedencia de la ciudad de Sais), el arco y dos flechas.

Según las primeras tradiciones se la consideraba una diosa guerrera.


NUT, diosa del cielo.

Representación humana: con frecuencia era representada como una mujer tumbada sobre la tierra, apoyada en sus extremidades, como formando una bóveda celeste.

Esposa de Gueb y madre de Osiris, Set, Isis, Neftis y Horus.

Aunque no ha sido hallado ningún templo didicado a Nut, esta diosa fué adorada en todo Egipto.


OSIRIS, dios del más allá.

Representación humana: Habitualmente se le represntaba con el cetro y el flajelo, la corono blanca del Alto Egipto, el cuerpo envuelto en un sudario, como una momia, del que salen los brazos y la barba postiza.

Aunque existen varios santuarios en su honor, su templo principal se encuentra en Abydos, donde según la leyenda, fué enterrada su cabeza (una de las catorce partes en que fué dividido por su hermano Set, y que fueron esparcidos por Egipto).

Tubo su mayor importancia en el Imperio Nuevo.


PTAH, el dios creador.

Representación humana: Se le representaba con vestido ceñido, con aspecto momificado, barba sin trenzar y un gorro, especie de bonete, en la cabeza.

Era considerado el patrón de los orfebres y de los artesanos. Menfis fué el centro de culto de este dios.

RA (Re), la luz creadora.

Dios solar de Egipto. Se le asoció con Horus y con Amón. Formó parte del protocolo titulario de los faraones como "Hijo de Re".

Su centro principal de culto se encontraba en Heliópolis.


SACMIS, la diosa de las guerras.

Representación humana: cuerpo de mujer y cabeza de leona con el disco solar y el ureo.

Representación animal: leona.

Era la patrona de los médicos. Fué especialmente venerada en Letópolis y en Menfis.


SET

Representación humana: figura de hombre con cabeza de animal desconocido de morro y orejas puntiagudas.

Representación animal: fué representado bajo la forma de distintos animales como el hipopótamo, serpiente, etc.

Fué el dios nacional de los hicsos. Era hermano de Osiris, Isis y Neftis, de quien a la vez era marido. Según la tradición mató a Osiris, despedazándole en catorce partes que fueron esparcidas por todo Egipto. Simbolizaba las fuerzas destructoras.

Su centro de culto estuvo en Ombo.


SOBEK, el dios cocodrilo.

Representación humana: cuerpo de hombre con cabeza de cocodrilo.

Representación animal: cocodrilo.

Se le consideraba el dios de las aguas.

El templo más representativo de adoración a este dios es el de Kom Ombo, principalmente en la época de los faraones ptolomeos. También fué especialmente venerado en el oasis de El-Fayum.

TOT, el escriba de los dioses.

Representación humana: hombre con cabeza de ibis.

Representación animal: el babuino y el ibis.

Era considerado el patrón de los escribas. Como notario de los dioses participaba en la pesada del alma, para saber si el difunto era merecedor o no de pasar al mundo del más allá.

Su lugar de culto fué la ciudad de Hermópolis, donde se levantó un templo en su honor.

DIOSES MENORES


ARSAFES.-
BES.- El dios enano. Se le asociaba con los niños y las embarazadas.
GUEB.- Dios de la tierra.
JEPRI.- El dios escarabajo.
HEQA.- El dios de la magia.
MESJENET.-
NEFERTEM.- Nacido de una flor de loto.
RATTAUY.- El sol femenino de las dos tierras.
RENEMUTET.- La diosa serpiente.
SELKIS.- La diosa escorpión.
SESHAT.- La señora de la biblioteca.
SOCORES.- El dios halcón
SHU.- Dios del aire
TUERIS.- Diosa protectora de las parturientas.